jueves, 4 de julio de 2013

NUEVA CASTA

LA NUEVA CASTA 


La casta política, esa locución ya puesta de moda que ha cuajado en la opinión pública ante la evidencia de las pruebas. Pese a todos los acontecimientos aún queda gente que se resiste a creerlo, ya sea por ignorancia o por querer omitirlo y seguir viviendo en la cómoda postura pasota.

Esta “nueva clase” no tan nueva, tiene su origen mucho antes de que algunos naciéramos, mientras nuestros padres y abuelos conquistaban derechos, la semilla de la casta, de la nueva clase política estaba ya brotando. Primero se facilitó y allanó el terreno para las nuevas reformas, para el nuevo futuro que nos esperaba. Un futuro basado en la especulación, el clientelismo, muy parecido al feudalismo pues quien más dinero tiene más manda, y los títulos nobiliarios son billetes en el bolsillo. Clientelista, como una especie de vasallaje del “yo conozco” o “tengo un primo”. Por desgracia esclavista, basado en la competitividad, y que conlleva a que algunos países oferten sueldos miserables, a la rebaja de los precios, a que se mantengan en el estancamiento económico, y a sumirlos en la pobreza.
Así ha sido, y ahora de esos polvos estos lodos, todos las manos a la cabeza, gritando de lado a lado, como en una película de extraterrestres en la que nos invaden en la sombra y nos lavan el cerebro, nos dominan y no podemos escapar, nosotros no respiramos en el espacio y ya han invadido la tierra entera. Es macabro, parece un montaje.

Nos crían, como a pollos cebados y cuando alcanzamos la madurez nos encontramos en el jardín de las delicias, rodeados de destrucción, todos están corruptos, la gente piensa raro, la televisión solo anuncia desastres, y nos roban todo con lo que habíamos vivido.
Algunos ya se han adaptado al sistema, pero otros se resisten a creérselo y luchan por aquello que más quieren.

Nuestros ídolos, ¿Os acordáis de los Pokemón?, es una trama de corrupción. No sabíamos que eran los políticos, ni que algunos de la vida real eran del Team Rocket. Anécdota curiosa pero que se suma a una lista de cientos y cientos de casos de manchas corruptas. Pienso en forma de metáfora mitológica que o es una hidra a la que le cortas la cabeza y le sale otra o aquí le estamos cortando las uñas a un dragón de ocho cabezas.

Lo que ahora nos afecta es la educación, una educación maltratada, recogida en nuestra constitución y se supone que garantizada. Pero también nos hemos dado cuenta de que no vivimos de supuestos, vivimos de realidad. La realidad nos dice que la educación está en mínimos históricos desde la transición y equivocadamente algunos nos consolamos pensando que puede ser síntoma de la necesidad de una nueva transición política. La sanidad, la justicia, dependencia, servicios sociales... está todo retocado, preparado y allanado para incluirlo al nuevo sistema privatizador.
Por otro lado las administraciones públicas, los políticos, los opinólogos, la prensa de desinformación, los empresarios, todo ahora es un problema a reformar, pero para consolidar una democracia que todavía no ha llegado realmente hay que romper ese montaje que favorece el robo, el lucro de algunos.

Tengo que decir que hay esperanza, podemos cambiarlo todo, pero tenemos que hacerlo con fuerza.
Miremos a nuestro alrededor, a todos los mayores comprometidos que tampoco renuncian a dejarnos a todos una vida mejor, el mejor ejemplo de altruismo, pues ellos ya saben que no disfrutarán de cualquier mejora que se produzca y se irán muchos con el ánimo de que al final dejaron algo que no era lo que ellos querían.
Las personas que diariamente se comprometen, dan parte de su tiempo “el tiempo es vida” y nos la dedican y se la dedican al futuro.
Los jóvenes que son el futuro, en potencia son los que van a sufrir las consecuencias de nuestra dejadez, nuestro desinterés, nuestras pocas ganas. Mirar a tu hermano pequeño, a tu sobrina, a tu primo, a la hermana de tu amigo y pensar, que será de ellos. Nadie sabe que va a pasar, pero si pensamos en el camino que llevamos nos precipitamos a imaginar el peor de los desastres.

¿Quién lo va a evitar? Los que nos roban, nos recortan, nos reprenden, nos acusan, nos manipulan, nos esclavizan NO. Lo más razonable es pensar que tenemos que ser nosotros mismos los que tomemos las riendas de nuestro futuro y no relegar las decisiones que nos afectan a gente tan incompetente y con frecuencia interesada.


Finalmente comunicar mi asco, mi repulsa, mi más vomitivo insulto a los culpables de todo esto y a los responsables y cómplices de nuestra desdicha. Mis peores deseos para los corruptos, los que nos venden, de un color u otro, los que nos convierten en precarios, los que nos traicionan, los que nos engañan, los que se callan, los que asienten y los que consienten. Un saludo y mi fuerza y ánimo a los que luchan, no se calla, piensan, combaten, se alzan, se manifiestan, salen a la calle, colaboran, ayudan, simpatizan, los que se han tenido que exiliar, los parados, los que ya no tienen nada, los que quieren una democracia que no llega y los que todavía resisten.

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